Ayer a la noche estaba en un bar con las chicas; me voy a pedir el whisky a la barra; Se me acerca un chabón. Hablamos.
Era lindo, era divino eh;
Me dice: ¡Hay eras re petiza!
Re petiza & bastante conchuda, hijo de puta.
Pero mira que paradójico, que desde que me empezaste a hablar sentí como los labios de la concha se me unían cual capullo inhabilitándome para siempre el agujero de la concha; así que me voy a retirar de tu lado a ver si vuelvo a ser un ser sexual.
Un poco fuerte, un poco mucho; no sé si el señor se lo merecía.
No está bien odiar a los hombres, sobre todo cuando una no es torta, no te conviene, porque te quedas sin el pan & sin la torta.
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