
El beso empezó del modo habitual, él procuraba tener el mismo cuidado de siempre & mi corazón reaccionaba de forma tan desaforada como de costumbre. Entonces, algo pareció cambiar. De pronto, sus labios se volvieron más insistentes & su mano libre se enredó en mi pelo aferrando mi cabeza firmemente contra la suya. Agarré su pelo con mis manos; estaba cruzando los límites impuestos por su cautela, sin duda, pero esta vez no me detuvo. Sentí su frío cuerpo a través de la fina colcha, & me apreté con deseo contra él.
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